y mi alma florece en primavera.
No quiero que te vayas todavía
cuando brisa de mar son mis anhelos
y gaviotas de arena mis suspiros.
No te vayas sin ver las golondrinas
en parvada por el cielo encapotado
buscando el calor de mi verano.
No…
No quiero que te vayas todavía,
cuando quedan senderos sin mis pasos
y mi sol no agoniza en el ocaso.
Quédate y en el otoño que se acerca,
abrazados y en íntimo embeleso,
contemplemos la caída de las hojas.
No…
No quiero que te vayas todavía,
no quiero que la escarcha del invierno
congele mis noches y mis días.
No…
No te vayas todavía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario